La Pacha Mama no puede más, llora por sus hijas e hijos que están matando y robando toda su riqueza. Esa riqueza que no podemos entender las personas que vivimos en grandes ciudades y que no tiene que ver con el dinero y que para ellas y ellos son toda su vida, su tierra. Esas tierras ancestrales, esa tierra donde han aprendido todo, esa tierra donde descansan sus muertos, esa tierra fértil que les proporciona su alimento, esa tierra que le quita la sed, esa tierra donde viven en Paz, esa tierra donde sus tradiciones culturales pasan de padres, madres a hijas e hijos, donde la tierra es su MADRE. MADRE a la que cuidan, escuchan, respetan y defienden, este es el gran legado que nos dejan los Pueblos Originarios, EL AMOR POR LA MADRE TIERRA, lo cual debe ser respetado y reconocido por todo el mundo y entender que no todo se compra con dinero. Por todo ello, necesitamos unirnos y defender a nuestros Pueblos Originarios, salvar nuestra cultura ancestral y respetar nuestra MADRE TIERRA. Ya no hay vuelta atrás, o cambiamos, o desaparecemos.

Escrito por Gloria Solas Gaspar y Marisol Bogotá Ochoa

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